En Portugal regresó el talento de Murillo


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Fecha: 25-06-2020


En Portugal regresó el talento de Murillo
En el confín del llano apureño, El Nula es la puerta que se abre ante la ilusión de un niño cuyo acento andino lo acerca más al fútbol que a los trompos y papagayos que vuelan sobre esa zona. Sus condiciones naturales hacen que navegue por un río lleno de talento, cada vez que la pelota y su pie se saludan en una jugada. Jhon Murillo imaginó que podía dedicarse a la práctica del balompié desde que descubrió los motivos de su gran pasión, pero la vida no era tan fácil como cuando Benfica muestra serio interés por tus regates.

Mario Balotelli en algún momento dijo que solo Messi estaba por encima de él cuando del mejor a nivel mundial hablábamos, y aunque la llama de sus bombas se haya apagado con el devenir de los acontecimientos, hace tiempo se habló que en Venezuela alguien era merecedor de llevar dicho apellido como apodo, por parecido físico y cosas del juego. Eso después quedó atrás, pero adelante siempre estuvieron las ganas de trascender a lo infinito, cumpliendo la meta de debutar en Primera División y ser hombre de selección, no sin antes enfrentarse a las más grandes dificultades, que solo un tipo de mente fuerte puede sortear, olvidándose de todo para enfocarse solamente en cada objetivo. 

Casi nada ha pasado desde que “Chita” Sanvicente comprendió que Zamora contaba con un diamante puro y decidió llevarlo al ritmo del momento justo, hasta hoy, cuando en Portugal, un todavía joven jugador, se luce ante los más grandes clubes de esa nación, haciendo ver fácil salir del país a portar la marca venezolana en otras latitudes. Dibujó su pedazo del mapa en el universo balompédico, demostrando que en las montañas no solamente se forjan grandes hombres, sino gente que se luce en importantes escenarios.


El empuje de Secasports como familia fue la llave que encajó perfecto para abrirse camino hacia la felicidad, porque nada se compara al hecho de vivir metido en lo que amas. Desde aquel grito sagrado contra Honduras en Barinas, apenas la primera vez que la camisa del país se colocó, hasta dos inmejorables momentos contra Argentina, Murillo se ha convertido en una de las máximas referencias futbolísticas cuando de excelsas definiciones vamos a conversar. Hizo ver chiquito a Romero en Buenos Aires y desarmó a Armani en Madrid, con un zapatazo tan violento, que registrado quedó para la historia, sumando dianas que fueron proporcionales a la consecución de éxitos para 30 millones. 

Pero, ¿Qué hubo detrás de tantas sonrisas los fines de semana? ¿Quiénes impulsaron a un muchacho que, sin nada, hizo que la suma de cada gota sudada diera como resultado un todo? “El esfuerzo que hizo mi mamá cuando llegué a Barinas nunca lo voy a olvidar, dándome un dinero que trabajó duro para que yo pudiera irme a perseguir mi sueño. Poder darle una estabilidad a mi familia es lo que hace que nunca deje de entregarme e ir siempre por más. Muchas veces me tocó pasar por cosas difíciles como comer mal y tener que decirle que todo estaba bien para que no se preocupara. Hoy, me tranquiliza que todo sí esté bien”, confesó el volante de Tondela, con la humildad característica de un soñador que no abdica. 

“En Zamora había jugadores con mucho más talento que yo, pero pasaba algo: a veces el entrenador les decía ciertas cosas y se rendían, porque creían que todo llegaba hasta ahí. Muchos se retiraron y es por eso que siempre les digo a los niños que no desistan, porque en este mundo se debe tener una fortaleza mental importante”, agregó.  

Luego de retornar a la acción debido a la pausa obligada producto del coronavirus, tiene claro cuáles sus objetivos. Primero, clave será mantener la permanencia de su equipo en la máxima categoría del balompié portugués a falta de seis fechas para su conclusión. Después, trabaja para seguir sumando minutos y con ello, demostrar la valía de una pegada precisa a larga distancia. Sobre su futuro, va con el transcurrir de cada jornada.

“Las personas que me rodean en la Agencia saben que soy muy trabajador y siempre quiero más, pero esas cosas se van dando en el camino. Me genera felicidad volver a hacer lo que me gusta luego de tanto tiempo trabajando desde casa. Lo aproveché para compartir con mi familia, que también es algo que siempre necesitamos. Estamos enfocados en cumplir el deseo de todos en el club y luego veremos”, expresó con la seguridad característica de un tipo que está claro en lo que hace, quiere y puede. 
Camino a Qatar 2022, Venezuela en lo nominal tiene cómo pelearle al que sea y un Jhon que quiere hacer valer su presencia para cumplir lo que todos anhelan. Cada fin de semana, genera la acción que necesita para ganar experiencia y potenciar habilidades, todavía con un trecho demasiado extenso por transitar. Disfruta tanto el aquí y ahora, que no piensa en algo diferente a sacar máximo provecho de las oportunidades presentadas, para no solamente tener argumentos para ser orgullo de un país, sino reciprocar el cariño que los aficionados le profesan con actuaciones deslumbrantes.  

Ya ha tenido contacto con el seleccionador José Peseiro, de amplia experiencia en el fútbol luso. Se vieron una oportunidad, esperando reencontrarse una vez reinicien las Eliminatorias Sudamericanas al próximo Campeonato del Mundo, para seguir realizando aportes ofensivos en función de pretensiones venezolanas, creciendo pegado a la raya, haciendo gala de su habilidad en el desmarque y en zona de finalización, donde la felicidad se traduce en ver al balón chocar con la red, sin miedo a quedar abrazados. 

“Este era un año que me ilusionaba mucho a nivel de selección por todo lo que se veía, pero ya habrá tiempo para que se reanuden las cosas como debe ser. De a poco vamos a ir recuperando la normalidad en el mundo, como está sucediendo. Tal vez sea algo extraño ir a un estadio como da Luz y encontrarte con que no hay público, pero es la mejor manera en la cual por ahora nos podemos cuidar. Lo positivo es que varios campeonatos están regresando y eso llena de entusiasmo a los futbolistas”, explicó. 
Más de un niño ha soñado con una vez verse lejos, cumpliendo los objetivos de cada campeón que trabaja sin descanso. Jhon Murillo tiene todavía demasiadas cosas por hacer, pero la más importante, es seguir demostrando que humildad y compromiso son sus premisas de vida. Esos valores suponen el arma secreta del éxito, para saberse mantener ante la grandeza que arropa al ser humano en momentos de gloria personal. Él es Apure y toda Venezuela. Es el mismo guerrero llanero con esencia andina, solo que ahora en lugar de recoger pelotas para ir a jugar, recoge todo lo que con sacrificio cosechó, haciendo ver que imposible son todas aquellas cosas que nunca has intentado.  


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