El siete de la buena suerte le sirvió mucho a Jhon Marchán. Esa fue la cantidad de goles que marcó con Portuguesa F.C. en su último año como jugador del pentacampeón nacional, registro nada mal para ser mediocampista de una escuadra cuyo principal fuerte era defender. Eso, más su capacidad técnica, atrevimiento para encarar y pulcra entrega en cada pase, fue suficiente para que un grande de Perú se fijase en el venezolano. Entonces, llegó la hora de mostrar virtudes fuera del país, colocándose nada menos que la franela de Sporting Cristal. Ahí, donde alguna vez jugaron Alfredo Quesada, Julio César Uribe y Jorge “Camello” Soto, hay un vinotinto. Junto a Alianza Lima y Universitario, es de los clubes más laureados del balompié inca, buscando ahora su título número 20. ¿Les llegará con el llanero?.
Aquel adolescente de 14 años jamás pensó en alguna premonición caminando por las calles limeñas. Su padre es pastor de una Iglesia y como tras realizar un viaje misionero, tuvo que vivir con su familia algún tiempo en la capital peruana. Entonces, el futbolista soñador hizo amigos, que con el tiempo lo recibieron de buena manera. Rubricó su vínculo por dos temporadas, con opción a una tercera.
“De verdad, me siento excelente. Estoy muy positivo, a pesar de las cosas que últimamente han pasado en el mundo por la pandemia. Vine a Perú con el propósito de mejorar mi nivel y prosperar, así que me entusiasma regresar a los entrenamientos”, expresó el talentoso volante, mentalizado en ir hacia adelante.
María de Los Ángeles lo iluminó por primera vez. Ella era una vecina cuyo hijo practicaba el deporte rey en Acarigua y un día, se le ocurrió la idea de invitar al niño Jhon, con tan solo cinco años, a perseguir la pelota. “Desde aquel momento, no me imaginé haciendo otra cosa que no fuese ser futbolista. Conté con el apoyo de mis padres en entrenamientos, partidos y viajes. Siempre estuvieron para mí”, agregó.
Y ahora, desde el siete de agosto irá por más, en búsqueda del campeonato, cuando se reanuden las acciones en suelo sureño. Por aquella nación han dejado buenas sensaciones algunos compatriotas, que pudieron afianzarse en otras instituciones. Por eso, no quiere ser la excepción, preparándose al máximo para darse a conocer.
“Siempre estoy trabajando para mejorar en todo sentido. Salir de mi zona de confort me ha hecho más fuerte y uno como jugador siempre sueña con el hecho de jugar en el extranjero. Espero que en el futuro pueda cumplir el deseo de estar en la Selección, pero por ahora mi mente está puesta en Sporting Cristal. Venezuela ha crecido mucho a nivel futbolístico y la calidad de jugadores es buena, así que quienes salimos tenemos una gran responsabilidad”, puntualizó.
Todavía está adaptándose al drástico cambio climatológico, porque el sol se le extravió en su calurosa tierra llanera. Hace mucho frío en cada rincón limeño, pero no lo suficiente para congelar la pasión de un guerrero que está listo para batallar.
“En el equipo hay compañeros muy buenos desde lo técnico y jugadores bastante experimentados, que han sido campeones en diversas oportunidades. Cada día aprendes cosas nuevas y eso te ayuda a potenciar capacidades. Siempre voy a estar agradecido con la Agencia Secasports por ayudarme a dar este paso, porque ellos fueron fundamentales en el salto que dimos para venir hasta aquí”, aseveró el 10, cuya inquebrantable fe le hace confiar en un mañana lleno de cosas importantes.
Cada talento esparcido por el mundo, es una pequeña parte de Venezuela que late lejos de casa. No importa de dónde venga, sino cuánto se esfuerce en dirección a la excelencia. A eso apuesta Secasports y eso es el silencioso y exitoso Jhon Marchán.
